Yo no dudo, Lisarda, que te quiero, aunque sé que me tienes agraviado; mas estoy tan amante y tan airado, que afectos que distingo no prefiero: De ver que odio y amor te tengo, infiero que ninguno estar puede en sumo grado, pues no le puede el odio haber ganado sin haberle perdido amor primero. Y si piensas que el alma que te quiso ha de estar siempre a tu afición ligada, de tu satisfacción vana te aviso. Pues si el amor al odio ha dado entrada, el que bajó de sumo a ser remiso de lo remiso pasará a ser nada. |
Un video sobre su biografia, podría valer la pena. SAludos!